Un mosaico es un diseño en la pared o en el piso a base de teselas, es decir, de pequeñas piezas de piedra o cerámica de diversos colores que permiten crear figuras geométricas o paisajes.
El técnico o el artista dibuja primero su diseño, después prepara el piso o la pared en la que trabajará. Cuando la superficie está lista, dibujan sobre ella su diseño.
Siguiente paso: en otra superficie flexible y adherente, coloca y pega al revés tesela por tesela para hacerla coincidir con los colores de su diseño.
Cuando ha terminado una parte transportable, ésta es llevada al muro que la recibirá. Aplica una argamasa o cemento especial y coloca la sección terminada. Cuando está seguro de que quedó colocada correctamente sobre el cemento, retira la superficie flexible y aparece el anverso de la sección que se acaba de colocar. A este método se le llamó opus tessellatum. Hay otra técnica más complicada; las piezas son más pequeñas y no forman una cuadrícula sino van serpenteando siguiendo las líneas del dibujo; se llama opus vermiculatum.
El mejor ejemplo antiguo de este tipo de técnica es La Batalla de Issos, encontrada entre los restos de Pompeya.
Asombra su belleza, la dificultad que implicó y lo bien conservado que está. Es un mural monumental de 18 m2 hecho con más de un millón y medio de teselas. Además de que se adelanta a su época porque no muestra figuras planas sino que les da volumen; lo que después se llamará sfumato en pintura.
Muestra la victoria de Alejandro Magno y sus caballeros contra los soldados de Darío III, a quienes derrotó a pesar de tener un ejército en número diez veces menor ¡Gran obra!
Víctor Quiroga
04/septiembre/2013
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