¡Qué hermosas canciones han surgido de la trova yucateca! ¡Y qué interesante es saber cómo nacieron en el alma del artista!

Situémonos en el año de 1923 en Mérida, Yucatán. Gobernaba el destacado líder yucateco Felipe Carrillo Puerto.

Procedente de Nueva York, la reportera Alma Reed se entrevistó con él con el propósito de solicitarle su autorización para elaborar un reportaje sobre arqueología maya. El gobernador otorgó el permiso, pero también le entregó su corazón. Carrillo Puerto quedó impresionado por la belleza y personalidad de la investigadora desde el primer día.

Pasaron los días y su romance se consolidó. En una de sus citas los acompañaba el escritor y compañero de batallas políticas Luis Rosado Vega y, según él mismo, ocurrió lo siguiente:

“Felipe Carrillo Puerto, Alma Reed y yo debíamos asistir a un convivio en la casa del maestro Filiberto Romero, director de la Escuela de Música. En el auto iba Alma sentada entre Felipe y yo. Entramos en el suburbio de San Sebastián. Con el aguacero de la tarde la tierra despedía ese grato y sugestivo aroma de la tierra cuando acaba de ser fecundada por la lluvia. Alma dilató el pecho como para absorber a pleno pulmón aquellas fragancias y dijo: ¡Qué bien huele! Le salí al paso con una frase simplemente galante: –Todo huele bien porque usted pasa. Tierra, flores, quisieran besarla y por eso llegan a usted con sus perfumes.

Dijo Felipe al punto: –Eso se lo vas a decir en un verso.

Contesté: –Se lo diré en una canción.

(Felipe y yo) no podíamos olvidar a (Ricardo) Palmerín (para que compusiera la música). En la mañana siguiente lo busqué y se la di. Dos días después ya había nacido la canción.”

Víctor Quiroga

09/enero/2013

[audio:http://www.1060am.net/audios/podcast/contertulios/contertulios306.mp3]