La romanización hizo que el culto a Isis llegara hasta donde algunos no se imaginan.
Roma invadió Egipto en el 48 antes de Cristo. A partir de ese momento, varios aspectos de la cultura egipcia fueron asumidos por los conquistadores.
Uno de ellos fue la admiración que sintieron por la figura de la diosa Isis.
En el imperio se levantaron varios lugares de culto a esta diosa como el que se creó en Pompeya en el siglo II después de Cristo. Sus restos aún se conservan.
Pero éste no fue el templo de Isis más alejado de Egipto. Parece ser que el Emperador Vespasiano, que gobernó del 69 al 79 d. C., ordenó la construcción de un templo dedicado a Isis en Mogonticum, capital de la Germania superior. A esa ciudad la conocemos hoy como Maguncia y está a 3,500 km. del lugar en África donde se originó su culto. Para darnos una idea, es la misma distancia que hay entre la ciudad de México y Montreal.
En el año 2000, cuando se estaba construyendo un centro comercial en la ciudad de Maguncia, cerca de Frankfurt, se descubrieron los cimientos del templo dedicado a Isis del siglo I de Nuestra Era, como ya lo comenté líneas arriba.
En menos de un año, los eficientes alemanes crearon un hermoso museo de sitio para preservar tan importantes restos del santuario a una de las diosas más fascinantes de la historia de las religiones.
Víctor Quiroga
24/abril/2013
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